domingo, 12 de agosto de 2007

¿Los alimentos dietéticos hacen subir de peso?

Desaconsejan que los chicos consuman productos light


Los alimentos light, ¿engordan? ¿Es posible que aquellos productos alimenticios modificados especialmente para contener menos calorías que los originales nos lleven a comer en exceso? Y de ser así, ¿es desaconsejable ponerlos al alcance de los chicos?

Quien reaviva ahora la polémica sobre los posibles efectos no deseados de una dieta light es David Pierce, un sociólogo de la Universidad de Alberta, Canadá, que acaba de publicar en Obesity, una de las revistas más prestigiosas sobre nutrición, un estudio cuyas conclusiones sugieren que los alimentos y las bebidas dietéticas pueden llevar a los niños a comer más de la cuenta.

“El consumo de alimentos y bebidas dietéticas desde temprana edad y hasta la adultez puede inducir a una alimentación en exceso y un gradual aumento de peso a través de un proceso de condicionamiento del sentido del gusto”, declaró Pierce, que basa sus conclusiones en el estudio en animales de cómo el consumo de productos dietéticos altera la forma de percibir el contenido calórico de los alimentos.

"Los padres y los médicos deben estar al tanto de esto y saber que las antiguas formas de mantener a los chicos sanos y en peso -asegurar una dieta bien balanceada y la práctica regular de actividad física- son el mejor camino. Los alimentos dietéticos probablemente no sean una buena idea para los jóvenes en crecimiento", agregó el sociólogo canadiense en un comunicado de prensa.

Falta de respeto

Pierce y sus colegas de la Universidad de Alberta realizaron distintos experimentos en los que alimentaron a ratas jóvenes con versiones bajas en calorías de sus alimentos y bebidas habituales. El resultado es que los animales aprendieron a comer más de la cuenta, incluso cuando el alimento que se les ofrecía no era reducido en calorías.

El mismo experimento realizado en ratas adultas no logró modificar el patrón de alimentación. Para Pierce, esto sugiere que los animales aprenden durante su desarrollo a relacionar el gusto de un alimento con su contenido calórico, y que si realizan este aprendizaje en un entorno light serán más propensos a comer más de lo necesario cuando se encuentre con alimentos no reducidos en calorías.

"Nuestra investigación ha mostrado que los animales jóvenes pueden ser llevados a comer en exceso cuando ingieren regularmente alimentos reducidos en calorías, ya que esto altera su sistema corporal de balance energético", declaró Pierce, que sostiene que sus hallazgos pueden ser extrapolados a los seres humanos.

Pero no todos los expertos en nutrición están de acuerdo con Pierce. En diálogo con la cadena británica BBC, el doctor Colin Waine, jefe del Foro Nacional sobre Obesidad, de Inglaterra, advirtió sobre los riesgos de aplicar estos resultados en humanos, aunque opinó que, en principio, "es una teoría interesante".

Dijo la doctora Mónica Katz, director del posgrado en nutrición de la Universidad Favaloro: "Hasta el momento no hay evidencias científicas sólidas de que el consumo de alimentos dietéticos engorde. Desde lo biológico no se puede decir nada concluyente al respecto".

De lo que sí se puede hablar, según afirmó la doctora Katz, es de la actitud de las personas ante los alimentos dietéticos. "La gente cree que los alimentos diet no engordan y que pueden comer lo que quieran -dijo esta experta en nutrición-. Si a un chico o a un adolescente le decís que una mermelada es diet , se come medio frasco; si le decís que es común, come media cucharita."

"Al alimento normal se le tiene respeto; al alimento light, no -completó Katz-. Claro que esto tiene que ver con algo más psicológico que fisiológico. No hay evidencias sólidas de que los alimentos dietéticos tengan el efecto biológico de causar más hambre".

Entonces, ¿conviene ofrecerles a los chicos productos reducidos en calorías?

"Hasta donde hoy tenemos conocimiento práctico, la mejor opción en niños, salvo casos en extremo patológicos, es la promoción de una dieta saludable -tarea ardua si la hay-, en la cual los alimentos de bajas colorías tienen un lugar sí, pero bajo la forma de alternativas más magras [con poca grasa] o de bajo agregado de azúcares [menos dulces]", respondió el doctor Sergio Britos, director asociado del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni).

"En síntesis -resumió el especialista en nutrición infantil-, carnes en sus variedades magras, pollo sin piel, leche semidescremada; evitar el exceso de postres lácteos y moderación en las bebidas, con preferencia por los licuados y jugos naturales, y sin temor a ingerir bebidas azucaradas, pero sin excesos. El concepto es que es mejor administrar responsablemente la ingesta de estos productos en vez de prohibirlos."

Por Sebastián A. Ríos
De la Redacción de LA NACION .- Suplemento Ciencia y Salud. Domingo 12 de agosto 2007.-

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