domingo, 27 de abril de 2008

Clima modificará los terrenos cultivables

El Banco Mundial advierte que el calentamiento global implicará cambios en las condiciones de los terrenos para cultivo, a los que los agricultores deberán adaptarse.
Mariana Belloso/Lourdes Quintanilla economia@laprensa.com.sv
El Banco Mundial hizo un nuevo llamado ante la problemática del calentamiento global, y los efectos que esto tiene sobre los terrenos para cultivos: provocará hambre.
Entre los efectos de este fenómeno en los terrenos está lo que el banco denomina el “cambio de las fronteras agrícolas”, esto es, la variación en las condiciones de los mismos. Tierras tradicionalmente húmedas se volverán secas, o terrenos cultivables en las zonas costeras sufrirán inundaciones más seguido.
“Tenemos grandes problemas de transformación de la frontera agrícola, conversión de zonas que eran húmedas en áreas semiáridas”, expresó Marcelo Giugale, director de política económica del Banco Mundial.
Agregó que el calentamiento global es un problema serio, y que aunque Latinoamérica no es un contribuidor neto al cambio climático en términos de emisión de dióxido de carbono “pero sí es una víctima neta”.
“Todo apunta a que Centroamérica será negativamente afectada, no tanto como otras regiones, pero el efecto si será negativo principalmente por la precipitación pluvial (lluvias)”, confirmó por su parte Kenneth Hoadley, rector de la Escuela Agrícola Zamorano, con sede en Honduras. El experto dijo que, además de esto, en la región no hay buenas prácticas de manejo de agua.
El Ministerio de Agricultura, por su parte, manifestó que para este año se espera un invierno favorable, con hasta 6% más de lluvia, y que de cualquier manera tienen equipos técnicos preparados para actuar en caso de que haya exceso de agua o de sequía (ver nota en página siguiente).
Impacto
De acuerdo con cálculos de 2006 desarrollados por el grupo de investigación y desarrollo del Banco Mundial, las pérdidas agrícolas originadas por el calentamiento global en los países más pobres serán de entre $41,000 millones y $102,000 millones al año.
Unas 1,400 millones de personas de 54 países, muchas de ellas ya desnutridas, podrían sufrir una hambruna aún mayor. “Y cientos de millones de seres que todavía no nacen podrían enfrentar un destino similar”, advirtió el organismo.
Para evitar esto, el banco recomienda la adaptación de la agricultura al cambio climático.
La mitigación, que involucra reducir la carga de carbono en la atmósfera que causa la mayor parte del calentamiento global, recibe más atención y financiamiento ahora que el mundo se ve enfrentado a decidir lo que debe hacer de cara al cambio climático.
“Sin embargo, la mitigación podría demorar decenios en lograr sus objetivos”, señala la entidad. “La adaptación en agricultura no se centra en reducir la carga de carbono, pero puede ayudar a muchos agricultores a evitar, ahora mismo, los peores efectos del cambio climático”, agrega.
La adaptación incluye un cambio en las prácticas de labranza para conservar el suelo y el agua, pero también desarrollar nuevas cepas de semillas resistentes al calor y adaptadas a los pronósticos de temperatura localizados.

La receta para la agricultura
El Banco Mundial hizo una serie de recomendaciones para el agro en los países latinoamericanos:
Los grandes y pequeños agricultores parecen ser vulnerables por igual al calentamiento global. Los gobiernos deben apostarle a la innovación y a la tecnología ante este hecho.
Los agricultores deberán cambiar el tipo de explotación, riego, cultivo y ganado. Para lugares templados se aconseja la producción agrícola y para lugares secos, la ganadería.
Israel puede aportar su experiencia en zonas calurosas, donde los agricultores cubren sus cultivos cuando las temperaturas son más elevadas e invertir en sistemas de riego.
Los gobiernos pueden ayudar a través de opciones tecnológicas como semillas resistentes a sequías y temperaturas altas, que pueden reducir el daño por el calentamiento.
También pueden ayudar a ordenar los recursos hídricos para aumentar la disponibilidad de agua para sistemas de riego de gran valor, de manera que la mayoría pueda aprovecharlos
Fuente: http://www.laprensagrafica.com/ECONOMIA/1043299.asp

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