sábado, 23 de octubre de 2010

ES LO LO MISMO LA COMIDA QUE EL ALIMENTO

ES LO MISMO LA COMIDA QUE EL ALIMENTO Y LA CONDICIÓN O SU ESTADO PARA EL ORGANISMO

Es evidente que suele confundirse ambos términos, no hay precisión por parte de las personas comunes en general.

Se considera comida todo lo que puede comerse. masticarse, paladearse, porque algún sabor agradable presenta o atractivo gusto nos deleita. También es preciso enfatizar que la comida se puede coger, cazar o pescar, porque es susceptible de ingerirse cruda, asada, sancochada, cocida o conservada, o simplemente porque puede satisfacer nuestro antojo o capricho.

En cambio la palabra alimento es toda sustancia capaz de reparar las pérdidas de materia de energía del organismo y de proporcionarle lo necesario para seguir funcionando normalmente. Esta definición incluye el aire, el agua y todos los alimentos que se consumen.

La clasificación de los alimentos desde la perspectiva de la doctrina térmica, enfatiza que no son todos iguales, ni poseen las mismas propiedades, pues es imprescindible conocer cuales son las propiedades que hacen al alimento digestible y conveniente para nuestra salud. Pues, como dice Capdevila, “El hombre come su salud o su enfermedad”. Según la Doctrina térmica, podemos clasificar a los alimentos atendiendo a su estado: en vivos o muertos; a su origen, en naturales o artificiales; a su calidad intrínseca, en sanos o malsanos; a su grado de digestibilidad, en digestibles o indigestos; a su efecto térmico en refrescantes o afiebrantes; a sus propiedades químicas, en energéticos o plásticos.

El alimento que siempre nos dará salud y que es ideal para el ser humano, es aquel que comemos vivo y que es natural intrínsecamente sano, de fácil digestión y refrescante del tubo digestivo, cualidades todas concentradas en las frutas, verduras, cereales y semillas de árboles.

ALIMENTOS VIVOS O MUERTOS

Los alimentos vivos son aquellos que conservan las cualidades de la naturaleza, referida a los principios activos, base de la vida, en la planta o en el animal.

La importancia de la ingesta de alimentos crudos, favorece la potencia y la fuerza vital, esto guarda estrecha relación con la digestión, considerando que esta es una fermentación, que para ser sana necesita la presencia de todos los elementos que la determinan. Las semillas, frutas y verduras conservan su poder germinativo.

Tanto en el proceso culinario de preparación como de cocción de los alimentos, como en los procesos industriales de refinamiento y conservación se destruyen estos preciosos elementos vitales, y así el alimento vivo se convierte en un alimento muerto.

Si queremos tener vida y salud, debemos tender a la elección de alimentos vivos por sobre los alimentos muertos, que nos llevaran lentamente a padecer enfermedades y deterioro de nuestra calidad de vida.

ALIMENTOS NATURALES O ARTIFICIALES

Son naturales los alimentos que la naturaleza nos ofrece e cada lugar y en cada época y que pueden comerse en estado natural, ejemplo de ello lo constituye la leche materna, las frutas crudas, los vegetales de hojas, algunas semillas de hojas, ciertos tallos y raíces.

Cuando el hombre emplea mano de obra en los alimentos, sean estas para elaborarlos o transformarlos, hablamos alimentos artificiales: así sucede con la comida cocinada, las conservas, los embutidos, los fermentados y los refrigerados.

ALIMENTOS SANOS O MALSANOS

Los alimentos son intrínsecamente malsanos o sanos, según posean o algún principio tóxico . Las frutas contienen únicamente sustancias vitales, excepto si estas son tratadas con pesticidas para mantenerlas indemnes de plagas, en cambio el café contiene cafeína, un alcaloide tóxico, por lo cual siempre y en cualquier y en cualquier cantidad será malsano.

La tolerancia o intolerancia que pueda demostrar el organismo de una persona no siempre nos da la pauta de la calidad intrínseca del alimento, porque dependerá de las condiciones de su salud el que lo rechace o no.

Hay que evitar la calificación con ligereza sobre las condiciones y características de un alimento. A menudo se escucha decir tal cual fruta me cae mal, si la fruta es confiable desde el punto de su sanidad natural, el que le caiga mal a una persona representa un cierto grado de enfermedad desde el punto de vista digestivo. No hay que rechazar entonces a priori la fruta, la semilla o el vegetal, sino más bien preocuparse por regenerar el aparato digestivo.

ALIMENTOS DIGESTIBLES O INDIGESTOS

Alimento digestible es aquel que se digiere con facilidad, sin provocar algún trabajo anormal del aparato digestivo, se le suele considerar también a estos alimentos livianos y digestivos, tal es el caso de las frutas, verduras y semillas.

Hay otros alimentos, en cambio, que son pesados, de difícil digestión y causantes de las putrefacciones intestinales que desnutren o intoxican al individuo. A estos se les llama indigestos, en tales alimentos o productos encontramos a las grasas, frituras, empanadas, embutidos, cremas, los dulces, etc.

Al experimentar el consumo de frutas por el desayuno, nos daremos cuenta que al cabo de 2 horas estaremos sintiendo hambre, ya que estos alimentos se habrán digerido con facilidad y prontitud, en cambio si consumimos empanadas hechas de masa blancas y carnes, o bien latas de conserva, estas de habrán demorado más de seis horas en digerirse. Los alimentos poseen diversos grados de digestibilidad, y estos grados difieren según sean las condiciones en que los consumimos, grados de estrés, problemas ambientales, emocionales, niveles de toxicidad en nuestro cuerpo. Debemos tener presente que el hombre no se alimenta de lo que come sino de lo que digiere, puede comerse mucho y digerirse poco, Voltaire decía: “Nada tienes sino digieres bien”.

ALIMENTOS REFRESCANTES O AFIEBRANTES

De acuerdo a la Doctrina Térmica existen alimentos que refrescan el tubo digestivo y alimentos que lo afiebran. Refrescan todos los alimentos que se comen vivos, de origen natural, cuya característica principal es ser intrínsecamente sanos y que por su grado de digestibilidad son livianos y de fácil digestión.

Afiebran, en cambio, los alimentos muertos, artificiales, malsanos, pesados o indigestos.

La importancia de esta clasificación se circunscribe si consideramos que la digestión de los alimentos depende en grado sumo de la temperatura del aparato digestivo. DSi se alza el calor intestinal por sobre el nivel normal de los 37º centígrados se producirán putrefacciones intestinales y la indigestión.

Una de las pocas sustancias naturales que el ser humano es capaz de asimilar en su estado natural es el oxigeno, todas las otras sustancias como el carbono, el hidrógeno, el nitrógeno, el azufre, el fósforo son sintetizados por los vegetales en principios activos, estos son sometidos, a su vez por el organismo humano, a una serie de procesos de síntesis y escisión que se denominan metabolismo o cambio orgánico. De este modo el cuerpo obtiene la energía necesaria para mantener el buen funcionamiento de sus procesos vitales y los materiales indispensables para su crecimiento, desarrollo y reparación celular y molecular del desgaste funcional a que es sometido a diario.

Aquellos alimentos que mantienen el metabolismo basal, o sea la actividad vegetativa del cuerpo: funcionamiento del corazón, elaboración de secreciones, etc.; y reponen el desgaste que demanda el trabajo muscular, se llaman alimentos energéticos. Entre ellos distinguimos los hidratos de carbono o azúcares y los lípidos o grasas. Se acostumbra medir la energía que todos ello proporcionan en Calorías.

Los otros los que contienen los materiales necesarios para el desarrollo y reparación del organismo, se llaman alimentos plásticos. Se incluyen entre ellos el agua, las sales minerales y las proteínas.

Tanto los alimentos energéticos como los plásticos se encuentran en abundancia en la naturaleza. Así las calorías, sustancias grasas, proteínas, oligoelementos, antioxidantes, etc., se encuentran en justa medida en las frutas, oleaginosas, semillas, frutas secas, miel de abejas, cereales, todos estos alimentos nos nutrirán sin dañarnos.

Autor: JULIO ANTONIO MUÑOZ LÓPEZ

Profesor – Mg. En Educación

Master en Nutrición, Asesor Nutricional, Investigador en el Área

Miembro de Ahanaoa (Asociación Hispanoamericana de Nutriología Alternativa, Ortomolecular y Antienvejecimiento, A.C.)

Miembro de la Asociación de Salud Natural, A.G.

CENTTRO DE BIENESTAR

http://www.nutricionyvidasana.info/

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lunes, 4 de octubre de 2010

EL PODER CURATIVO DE LA PALABRA

La palabra, junto con el poder de la vibración es capaz de crear, sanar y también destruir.

La teoría indica que cuando focalizamos nuestra mente en algo, y a esto le sumamos el sentimiento y la emoción para finalmente expresarlo, estamos exteriorizando y materializando un poder que estará afectando los reinados de la materia

LO QUE LE DICES A TU SEMEJANTE, TE LO DICES A TI MISMO

Si cada uno de nosotros estuviésemos conscientes de que la energía liberada en cada palabra afecta no sólo a quien se la dirigimos sino también a nosotros mismos y al mundo que nos rodea, comenzaríamos a cuidar más lo que decimos.

Los antiguos esenios sabían de la existencia de un enorme poder contenido en la oración, el verbo y la palabra. Los antiguos alfabetos, como el sánscrito, el arameo y el lenguaje hebreo son fuentes de poder en sí mismos. Los esenios utilizaron la energía que canaliza el lenguaje – la cual era la manifestación final del pensamiento, la emoción y el sentimiento- para manifestar en la realidad la calidad de vida que deseaban experimentar en este mundo. En las culturas del antiguo Oriente eran utilizados los mantras, los rezos, los cánticos y las plegarias con una intención predeterminada como técnicas para materializar estados internos y programar, de una forma ignorada por nosotros en la actualidad, realidades pensadas, deseadas y afirmadas previamente.

Los estudios realizados por físicos cuánticos comienzan a redescubrir y validar el enorme conocimiento olvidado de antiguas culturas ancestrales. Un conocimiento que se encuentra aún escondido y olvidado y que nos aportaría el poder de cambiar nuestro mundo.

LAS PALABRAS PUEDEN PROGRAMAR EL ADN

La más reciente investigación científica rusa apunta a que el ADN puede ser influido y reprogramado por palabras y frecuencias, sin seccionar ni reemplazar genes individuales. Solo el 10% de nuestro ADN se utiliza para construir proteínas, y este pequeño porcentaje del total que compone el ADN es el que estudian los investigadores occidentales. El otro 90% es considerado “ADN chatarra”. Sin embargo los investigadores rusos, convencidos de que la naturaleza no es tonta, reunieron a lingüistas y genetistas -en un estudio sin precedentes-, para explorar ese 90% de “ADN chatarra”.

Los resultados arrojaron conclusiones impensadas: según los estudios, nuestro ADN no sólo es el responsable de la construcción de nuestro cuerpo, sino que también sirve como almacén de información y para la comunicación a toda escala de la biología. Los lingüistas rusos descubrieron que el código genético, especialmente en el aparentemente inútil 90%, sigue las mismas reglas de todos nuestros lenguajes humanos. Compararon las reglas de sintaxis (la forma en que se colocan juntas las palabras para formar frases y oraciones), la semántica (el estudio del significado del lenguaje) y las reglas gramaticales básicas y así descubrieron que los alcalinos de nuestro ADN siguen una gramática regular y sí tienen reglas fijas, tal como nuestros idiomas.

Por lo tanto, los lenguajes humanos no aparecieron coincidentemente, sino que son un reflejo de nuestro ADN inherente. El biofísico y biólogo molecular ruso Pjotr Garjajev y sus colegas también exploraron el comportamiento vibratorio del ADN. “Los cromosomas vivos funcionan como computadoras solitónicas/holográficas usando la radiación láser del ADN endógeno”. Eso significa que uno simplemente puede usar palabras y oraciones del lenguaje humano para influir sobre el ADN o reprogramarlo.

Los maestros espirituales y religiosos de la antigüedad han sabido, desde hace miles de años, que nuestro cuerpo se puede programar por medio del lenguaje, las palabras y el pensamiento. Ahora eso se ha probado y explicado científicamente. La sorpresa mayor fue descubrir la manera en que el 90% del “ADN Chatarra” almacena la información. “Imaginemos una biblioteca que en lugar de archivar miles de libros sólo guarda el alfabeto común a todos los libros, entonces, cuando uno solicita la información de un determinado libro, el alfabeto reúne todo lo contenido en sus páginas y nos lo pone a nuestra disposición”, aclaró Garjajev. Esto nos abre las puertas a un misterio aún mayor: que la verdadera “biblioteca” estaría fuera de nuestros cuerpos en algún lugar desconocido del cosmos y que el ADN estaría en comunicación permanente con este reservorio universal de conocimiento.

LA EVIDENCIA INESPERADA

El investigador Dan Winter, que desarrollara un programa de computación para estudiar las ondas sinusoidales que emite el corazón bajo respuestas emocionales, en una fase de la investigación con sus colegas, Fred Wolf y Carlos Suárez, analizó las vibraciones del lenguaje hebreo con un espectrograma. Lo que descubrieron fue que los pictogramas que representan los símbolos del alfabeto hebreo se correspondían exactamente con la figura que conforma la longitud de onda del sonido de cada palabra.

Es decir que la forma de cada letra era la exacta figura que formaba dicha longitud de onda al ser vocalizada. También comprobaron que los símbolos que conforman el alfabeto son representaciones geométricas. En el caso del alfabeto hebreo, las 22 gráficos utilizados como letras son 22 nombres propios originalmente usados para designar diferentes estados o estructuras de una única energía cósmica sagrada, la cual es la esencia y semblanza de todo lo que es. El libro del Génesis está escrito en este lenguaje.

Las letras de los antiguos alfabetos son formas estructuradas de energía vibracional que proyectan fuerzas propias de la estructura geométrica de la creación. De esta manera, con el lenguaje se puede tanto crear como destruir. El ser humano potencia el poder contenido en los alfabetos al sumarle el poder de su propia intención. Eso nos convierte en responsables directos de los procesos creacionales o destructivos en la vida. y con tan solo ¡la palabra!

EL PODER CURATIVO DE LA PALABRA

Existe una capacidad demostrada en la que la palabra puede afectar la programación del ADN. La salud podría conservarse indefinidamente si nos orientamos en pensamientos, sentimientos, emociones y palabras creativas y, por sobre todo, bien intencionadas.

Los estudios del Instituto Heart Math nos abren un nuevo panorama hacia la curación, no solo de los humanos enfermos, sino también para la sanación planetaria. El instituto cree en la existencia de lo que ellos dieron en llamar “híper-comunicación”, una especie de red de Internet bajo la cual todos los organismos vivos estarían conectados y comunicados permitiendo la existencia de la llamada “conciencia colectiva”.

El Hearth Math declara que si todos los seres humanos fuéramos conscientes de la existencia de esta matriz de comunicación entre los seres vivos, y trabajáramos en la unificación de pensamientos con objetivos mancomunados, seríamos capaces de logros impensados, como la reversión repentina de procesos climáticos adversos.

El poder de los rezos, oraciones y peticiones, tal como nos lo han legado los antiguos esenios -potenciado por millares de personas-, nos otorgaría un poder que superaría al de cualquier potencia militar que quisiera imponernos su voluntad por la fuerza.

Este poder ha sido demostrado en especies animales como los delfines, que trabajan unificados en objetivos comunes. Los delfines utilizan patrones geométricos de híper-comunicación, ultrasonido y resonancias que les sirven para interactuar con las grillas energéticas del planeta. Estos animales poseen la capacidad de producir estructuras sónicas geométricas y armónicas bajo el agua. Podríamos afirmar que los delfines ayudan más a mantener el equilibrio planetario de lo que lo hacen los humanos.

Si Dios nos otorgó el poder, significa que quiere que nosotros, una vez alcanzado un nivel de conciencia determinado,

Ayudemos con respeto a la vida a ser co-creadores de su obra.


BRAD HUNTER

Este artículo ha sido publicado en la Revista ‘EL PLANETA URBANO’


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