sábado, 28 de julio de 2007

Ajo más vitamina C para la hipertensión

La acción conjunta del ajo y de la vitamina C podría influir en la disminución de la presión arterial

A pesar de los estudios realizados, nunca se ha podido constatar el efecto del agente antioxidante de la vitamina C sobre la hipertensión. Sin embargo, un estudio piloto de la Universidad de Cornell (Nueva York) ha abierto una nueva hipótesis que asocia la vitamina C con la acción angioproliferativa (formación de nuevos capilares) del ajo para reducir la presión arterial. Se trata de un estudio pequeño, pero que abre posibilidades a nuevas vías de investigación.

JORDI MONTANER
23 de julio de 2007

Se trata de un estudio pequeño, discreto, pero sus conclusiones no pueden ser más llamativas. Ajos y cítricos, cuyo peso al kilo queda muy por debajo del más barato de los antihipertensivos, podrían ejercer una hipotensión segura y eficaz. El estudio proviene de la Universidad Cornell (Nueva York) y aparece en la revista Nutrition Research, firmado por los investigadores Adam y Shaker Mousa.

Los autores reclutaron sólo a seis pacientes con una presión arterial moderadamente elevada (140/90 mmHg) y les asignaron un tratamiento con placebo por espacio de 10 días. Posteriormente les sometieron progresivamente a 10 días con vitamina C, 10 días más con tabletas de ajo y otros diez con la combinación de estas dos últimas opciones.

La vitamina C no consiguió por sí sola ningún efecto hipotensor, el ajo mejoró únicamente el perfil sistólico y sólo la combinación consiguió una remisión estable a valores medios de 120/80 mmHg (normotensión). Curiosamente, al interrumpir el tratamiento de ajo más vitamina C, la presión volvió a subir hasta los valores basales del ensayo. Los Mousa se muestran muy cautos en las conclusiones de este estudio piloto, pero proporcionan pistas muy concretas sobre su razonamiento. El ajo actúa estimulando la función relajante endotelial con una liberación de óxido nítrico (NO) en el interior de los vasos sanguíneos, mientras que la vitamina C intervendría eliminando los radicales libres de oxígeno.

Primero, prevenir

Si existe algo mejor que disminuir la hipertensión es evitar que ésta tenga lugar. En primer lugar, es conveniente reducir el consumo de sal en la dieta. Ésta es cáustica, y el agua se estanca en el organismo para neutralizar los efectos ácidos de la sal. La retención del agua contribuye a un incremento de la presión sanguínea.

Magnesio y potasio ayudan a las arterias a relajarse, mientras que el sodio actúa en sentido inverso y las contrae. Incrementando el magnesio y el potasio dietéticos se provoca un equilibrio iónico. También la falta de selenio se ha vinculado al riesgo de hipertensión arterial.

Un beneficio controvertido

El mejor remedio para disminuir la hipertensión es evitar que ésta tenga lugar reduciendo, por ejemplo, el consumo de sal en la dieta

Desde tiempos inmemoriales, las virtudes cardiovasculares del ajo se han tenido en consideración, aun sin llevar a cabo estudios científicos bien diseñados para evidenciar tales beneficios. En cambio, los investigadores médicos pusieron más expectativas en la vitamina C. En los años noventa, científicos estadounidenses postularon que el consumo regular de vitamina C (500 mg/día) descendía la presión arterial de individuos hipertensos en al menos un 10%. Aun dejando claro que la vitamina C nunca podía actuar como sustituto del tratamiento antihipertensivo, se consideró que podía actuar como un buen coadyuvante.

Un grupo de investigadores dirigido por Kenny Jialal (Universidad de Texas) llegó a reclutar 40 pacientes con hipertensión leve o moderada y los dividieron en dos grupos. La mitad ingirió 500 mg/día de vitamina C, mientras que la otra mitad fue tratada con placebo. Después de un mes, la presión media de los pacientes que tomaron vitamina C había descendido un 9,1%; mientras que la del grupo placebo lo había hecho en un 2,7%. Ambos grupos no interrumpieron en ningún momento la medicación antihipertensiva recetada con anterioridad al estudio.

Poco después se constató el potencial de la vitamina C como agente antioxidante y se especuló con que su antioxidación era la causa del beneficio observado. Estudios de gran tamaño empezaron a incluir subestudios con antioxidantes para comprobar su efecto en la hipertensión arterial, pero los resultados fueron algo decepcionantes. Incluso la vitamina E, también antioxidante, se mostró más eficaz que la C sin llegar a justificar en ningún momento la inclusión de estas vitaminas como coadyuvantes específicos para el tratamiento antihipertensivo.

El estudio piloto de los Mousa, sin embargo, abre una nueva hipótesis, la de la asociación de un antioxidante capaz como la vitamina C con un agente liberador de óxido nítrico y protector de la función endotelial como el ajo

¿Un mito destronado?
Es bien conocida la recomendación de tomar vitamina C en forma de naranja o zumo de limón para curar el resfriado. Ahora, un estudio difundido por The Cochrane Library podría desmentir tales efectos. Según los resultados, para la mayoría de la gente, tomar dosis de vitamina C diariamente tiene tan pocos efectos que no vale la pena ni el esfuerzo ni el gasto que ésta requiere.

Aunque no es definitivo, no es un estudio pequeño. La ineficacia de dicha vitamina se ha comprobado en 30 estudios, llevados a cabo durante varias décadas, sobre 11000 personas que tomaban al menos 200 miligramos de vitamina C al día. En las conclusiones, se revela que la ingesta de esta sustancia no reduce el riesgo de resfriado en la mayoría de las personas. Tampoco mejora los molestos síntomas ni disminuye los días de convalecencia. Sólo los que realizan actividad deportiva en extremo podrían beneficiarse con la ingesta de vitamina C (los estudios muestran una reducción del 50% de la posibilidad de resfriado).

Actualmente, las autoridades de salud aconsejan un consumo diario de 60 miligramos, cantidad que se puede sobrepasar fácilmente con un simple vaso de zumo de naranja o comiendo cinco porciones diarias de frutas y verduras. A pesar de que el efecto de la vitamina C en los resfriados ha sido objeto de controversia durante años, ésta sigue vendiéndose para conseguir tales objetivos.

A pesar de los resultados, los científicos pronostican que la vitamina C sigue teniendo cierto poder, pero si ésta se acompaña de otras vitaminas o sustancias. En este caso, podría ayudar con otras enfermedades.

Fuente: http://www.consumer.es/web/es/alimentacion/salud_y_alimentacion

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Vitamina C: http://www.asesorianutricional.com.ar/vitamina-c.htm

Zumo de Ajo:http://www.asesorianutricional.com.ar/medicina-naturista.htm#5

miércoles, 25 de julio de 2007

5 al dia: frutas+verduras y actividad fisica diaria

Si quieres conservar una buena salud y prevenir una serie de enfermedades, consume por lo menos de 5 frutas y verduras por día y practica alguna actividad física por lo menos 30 minutos diarios.

Las frutas y verduras frescas son ricas en vitaminas, en minerales tales como potasio, hierro, calcio, y magnesio, en fibra y en azúcares (glucosa, sacarosa y principalmente fructosa) que son los componentes que le dan el valor calórico.

Son productos ricos en agua, en el caso de las frutas y verduras es mínima la cantidad de proteínas (salvo en las coles y legumbres) y mínimo en grasa (salvo la palta). Estos tipos de alimentos también son considerados como fuente de fibras encargadas en la reducción de los niveles de colesterol por efecto de los componentes hidrosolubles, regulación de la función gastrointestinal, modificación de la absorción de grasas y disminución de la incidencia de cáncer de colon.

El consumo de frutas y verduras nos previene de las alteraciones cardiovasculares, del cáncer, de la obesidad, freno del deterioro por la edad, entre otros. Todos estos beneficios va depender de la dieta global, estilo de vida y de la respuesta de cada individuo.

Se recomienda la ingesta de 3-5 raciones de vegetales (hortalizas) y de 2-4 raciones de frutas al día, ya que, como grupo, las frutas y hortalizas son las principales fuentes de la dieta de pro-vitamina A y vitamina C. Muchas además son excelentes fuentes de otras vitaminas y fibra además de presentar un bajo contenido de grasa.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el consumo mínimo de 400 g de frutas y hortalizas al día, lo que en otras palabras, significa "5 al día". En el caso peruano, esta recomendación se traduce en el Programa "5 al día Perú", cuyo misión es la promoción del consumo de frutas, verduras y la práctica de actividad física.

Si usted desea tener mayor alcance de este programa le recomendamos visitar la siguiente página web donde se encuentran los programas de 5 al dia en el Mundo
: http://www.iin.sld.pe/5aldia/5aldia.htm


Fuente: http://www.aspec.org.pe/alimentosynutricion/5_al_dia.php

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http://www.asesorianutricional.com.ar/articulos-39.htm

http://www.asesorianutricional.com.ar/recetas.html




jueves, 12 de julio de 2007

Bebidas gaseosas

Las bebidas carbonatadas o gaseosas con gas, representan un riesgo muy grande para quien las consume, ya que no aportan ningún beneficio nutricional, pues no contienen vitaminas, minerales, ni proteínas; sólo sacarosa o azúcar blanca, misma que es responsable de los daños que ejercen sobre la salud.

Se componen de agua, anhídrido carbónico, azúcares o edulcorantes artificiales, agentes aromáticos y otros aditivos como la cafeína, el ácido fosfórico o el glutamato monosódico.

¿Cuáles son esos daños?

Las consecuencias negativas que representa el consumirlas son: la obesidad, déficit de calcio y hierro, caries, etc.

Por ejemplo, un refresco multiplica por seis el peligro de que tu ser querido engorde. Además, al combinarlo con alimentos poco saludables como hamburguesas, papas fritas, etc., potencializa el riesgo de que aparezca la obesidad y, con ello, dar lugar a otros padecimientos.

Otro ejemplo es que al tomar una lata de cualquier gaseosa es como beber un vaso con tres o cuatro sobres de azúcar disueltos en ella.

Pueden, incluso, producir o empeorar la osteoporosis, inhiben las secreciones biliares y alteran la flora bacteriana; provocan estreñimiento; contribuyen a la aparición de afecciones cardíacas, problemas de memoria y trastornos musculares.

A continuación se desglosan detalladamente cada una de las sustancias que se encuentran en las bebidas carbonatadas, y sus efectos sobre la salud:

  • Anhídrido carbónico: conocido como dióxido de carbono. Este gas aporta a las bebidas el efecto burbujeante. Estimula la secreción de jugos gástricos, pero también produce cierta distensión gástrica con lo que el apetito disminuye y da lugar a que se eviten alimentos saludables que el organismo necesita. Este gas puede producir gastritis; y tiene un nivel ácido muy fuerte que afecta el esmalte de los dientes.
  • Azúcar: funge como ladrón de vitaminas A y C, B1, B2 y B3, y al presentar un déficit de ellas se presentan distintos trastornos; por ejemplo: la falta de vitamina B1 produce trastornos de la memoria, en el metabolismo del sistema nervioso y dificultad para procesar la glucosa; la carencia de vitamina B2 tiene como consecuencia trastornos de la respiración celular; un déficit de vitamina B3 afecta a la producción de energía, el buen estado de los tejidos y mucosas del sistema digestivo, a la circulación, a la presión arterial, etc. Además con tanta azúcar, aparecen la caries; y, lo más importante, el consumo de refrescos con gas azucarados representa una causa de infarto, por encima de la ingesta de grasas.
  • Edulcorantes: en muchas bebidas, tienen el papel de sustituir el azúcar por los riesgos que ésta tiene sobre el cuerpo. Sin embargo, también tienen un alto contenido energético, con lo que se producen diversos trastornos intestinales. Y, como dato interesante, son una de las sustancias que hacen que tu ser querido se vuelva adicto a estas bebidas.
  • Acidulantes: a ellos se debe el sabor ligeramente ácido que tienen los refrescos. Los más utilizados son el ácido cítrico y el ortofosfórico. Éstos, al igual que los azúcares, roban minerales como el calcio, el hierro, el magnesio y el sodio, y los huesos serán los más afectados.
  • Glutamato monosódico: llamado también “la nicotina de los alimentos”. Su función es impedir el buen funcionamiento de los mecanismos inhibidores del apetito y logran que tu familiar tenga un hambre desesperada, lo que contribuye a los problemas de obesidad.
  • Cafeína: se trata de una sustancia sumamente poderosa y adictiva. En realidad no tiene otra función más que lograr una adicción a los refrescos. Sus efectos negativos son: náuseas y vómitos, ansiedad, temblores, dificultad para dormir, confusión mental, trastornos gástricos, entre otros.
  • Ya que conoces todos estos datos y sabes lo peligrosas que son las bebidas con gas, trata de eliminarlas de tu dieta y a incrementar el consumo de agua; esto te evitará muchos problemas derivados del exceso de peso; además, facilitará una reducción de tus niveles de obesidad.


    Fuente: Todoensobrepesoyobesidad.org

    Recetas de jugos naturales:
    http://www.asesorianutricional.com.ar/recetas-antienvejecimiento.htm#9
    http://www.asesorianutricional.com.ar/medicina-naturista.htm
    Informacion del Agua
    http://www.asesorianutricional.com.ar/h2oagua.htm
    http://www.asesorianutricional.com.ar/nutricion-14.htm

    miércoles, 11 de julio de 2007

    Asma en Niños, Volviendo a la Alimentación Natural



    Muchos estudios han demostrado la menor incidencia de asma entre los niños que han recibido lactancia materna exclusiva y también entre los que han nacido en ambientes no expuestos al humo del cigarrillo.


    En la actualidad se está estudiando más a fondo el efecto de los alimentos como preventivos y reductores de los cuadros de Asma, rinitis alérgica y dermatitis atópica en los niños.


    Los estudios científicos, han demostrado que los alimentos que más hipersensibilidad e intolerancia generan son: la leche de vaca y las fórmulas infantiles que contienen leche de vaca en bebés; en niños pequeños son principalmente: huevo, trigo (gluten), tomate y lácteos.


    Es importante la identificación temprana de las sustancias que producen o agudizan cuadros alérgicos ya que su eliminación puede generar una gran mejoría en los niños sensibles a alimentos


    Los niños que muestran niveles menores de alergias asmáticas, rinitis o dermatitis atópica, son aquellos que consumen frutas, verduras y cereales integrales con excepción en algunos casos del trigo. Se ha visto que muchos niños asmáticos casi no consumen este tipo de alimentos que generan protección por contener una gran cantidad de vitaminas y sustancias antioxidantes que protegen el tejido pulmonar de las inflamaciones.


    La calidad de las grasas también es importante ya que los niños con cuadros asmáticos consumen más margarinas, en contraste se ha visto que los ácidos grasos de los peces como los Omega-3 marinos son protectores, ya que actúan como antiinflamatorios y las margarinas como inflamatorios (mucho ojo).


    Por ello si su hijo es alérgico, retire los alimentos que más comúnmente generan alergias, y observe si genera una mejoría en los cuadros alérgicos, normalmente al retirarlos las alergias ambientales se reducen considerablemente, por ejemplo la alergia a la humedad o al polvo.


    Las investigaciones sobre la relación entre alergias y alimentación concluyen en el beneficio de la alimentación natural, significa más alimentos frescos sobre todo vegetales y frutas y menos empacados con alto contenido de azúcares y cereales refinados carentes de vitaminas y antioxidantes naturales. Si no lo hace así en casa, es tiempo de ir generando cambios e incrementar estos alimentos en la dieta cotidiana de toda la familia.


    Geraldine Maurer


    Clinica San Borja - 2241654


    ASPEC


    www.alertanutricional.org

    lunes, 9 de julio de 2007

    Por cada celìaco hay 8 sin diagnosticar

    En el país, 400.000 personas tendrían la enfermedad
    Expertos coinciden en que la falta de información disponible es la causa principal del subdiagnóstico


    En muchos países, la intolerancia al gluten es considerada una epidemia oculta. En el nuestro, ya sea porque los síntomas son leves o porque pasan inadvertidos para un ojo poco entrenado, por cada celíaco con diagnóstico hay ocho que ignoran su condición, como se discutió en el Simposio Latinoamericano de Enfermedad Celíaca, que acaba de finalizar.

    "Nos alimentamos tan mal que las enfermedades crónicas nos están llevando por delante. En el caso de la enfermedad celíaca, la prevalencia más alta está en los países productores de trigo, como la Argentina. Estudios internacionales indican que el diagnóstico suele demorar cinco años; mientras tanto, los pacientes pasan por muchas manos antes de enterarse de que la padecen", dijo a LA NACION la licenciada en nutrición Andrea González, jefa de sección del Departamento de Alimentación del Hospital de Gastroenterología Dr. Bonorino Udaondo.

    Aftas, anemia crónica, distensión abdominal, migrañas, menopausia precoz, osteoporosis y hasta infertilidad integran la lista de síntomas de la enfermedad celíaca cuando no está adecuadamente identificada.
    La enfermedad celíaca aparece en personas genéticamente predispuestas a desarrollar intolerancia al gluten, una proteína presente en los cereales que en esos casos lesiona el intestino delgado.

    El tratamiento, de por vida, consiste en una dieta sin alimentos preparados con trigo, avena, cebada y centeno (TACC). Esto evita que se atrofie o dañe la vellosidad que recubre las paredes intestinales y logra que el organismo pueda absorber los alimentos que necesita para no desnutrirse.

    "El camino no es sencillo, pero es posible y necesario -señaló González-. Para lograr la mejoría es indispensable el acompañamiento de un grupo de salud experto en un trastorno que comparte genes con otras enfermedades autoinmunes, por lo que la persona tiene más posibilidades de tener reumatitis, esclerosis múltiple o diabetes tipo I. Por lo tanto, acelerar el diagnóstico ayuda muchísimo."

    Para el doctor Edgardo Smecuol, de la Sección Intestino Delgado del hospital Udaondo, el subdiagnóstico de la enfermedad celíaca en nuestro país se debe principalmente a dos causas: la ausencia de síntomas que permitan identificarla rápidamente en los consultorios de atención primaria y el desconocimiento médico de que ciertos trastornos pueden ocultarla.

    Entre ellos, por ejemplo, están el retraso en la primera menstruación o sufrir abortos espontáneos reiterados, dado que se estima que la enfermedad es tres veces más frecuente en las mujeres que en los hombres.

    El "gatillo inmunológico"

    Pero ya sea con una manifestación silenciosa o una sintomática, existen procedimientos diagnósticos que permiten identificar su presencia, como las pruebas de laboratorio con anticuerpos, endoscopia gastrointestinal o biopsia endoscópica de duodeno.

    "El diagnóstico no es tan fácil como parece, ya que es necesario que confluyan altos niveles de conocimiento profesional y de calidad del trabajo de laboratorio, de los patólogos y de las muestras", puntualizó el doctor Julio Bai, jefe del Departamento de Medicina del hospital Udaondo y codirector de las primeras "Guías latinoamericanas para el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad celíaca".

    La ausencia de ese conocimiento y de la calidad en el examen clínico hace que "la enfermedad se diagnostique sin criterios homogéneos y que la mayoría de los pacientes deambulen por profesionales con distintos niveles de información -agregó-. Es frecuente recibir personas a las que les diagnosticaron enfermedad celíaca, les indicaron una dieta sin TACC y luego una prueba determina que la tenían. Por eso, es importante saber que este diagnóstico tiene implicancias de por vida."

    Aunque no todas las personas celíacas tienen el mismo nivel de sensibilidad al gluten, ingerir aunque sea una mínima cantidad por error puede desencadenar una inflamación.

    Internacionalmente, el umbral tolerable de gluten -o la cantidad mínima necesaria para disparar el "gatillo inmunológico"- está establecido en 10 miligramos. Esta medida, en cualquier cocina, se traduciría en una décima parte de una cucharadita de café.

    Por Fabiola Czubaj
    De la Redacción de LA NACION
    Suplemento Ciencia y Salud, 9 de julio 2007

    ARTICULO RELACIONADO:
    http://www.asesorianutricional.com.ar/prevencion.htm#1

    domingo, 8 de julio de 2007

    Otra bondad del aceite de oliva

    El equipo de investigadores del Centro Químico Sensorial Monell, en Filadelfia, EEUU, descubrió que 50 gramos de aceite de oliva extra virgen equivalen a la décima parte de una dosis de ibuprofén.

    Los científicos, que publicaron los resultados del estudio en la revista Nature, indicaron que un ingrediente del aceite actúa como antiinflamatorio.

    Y aunque agregan que el efecto no es lo suficientemente fuerte como para curar, por ejemplo, un dolor de cabeza, éste podría explicar los beneficios de la dieta mediterránea.

    "Dentro de las propiedades del aceite de oliva", dijo a BBC Mundo el doctor Ricardo Uauy, del Instituto de Nutrición y Tecnología de Alimentos de Chile, "están los llamados compuestos polifenólicos".

    "Dentro de estos hay diferentes tipos de antioxidantes que son compuestos que ayudan a regular varios procesos corporales por ejemplo del colesterol", agrega.

    Beneficios

    Durante largo tiempo se ha asociado a la dieta mediterránea, cuyo ingrediente central es el aceite de oliva, con numerosos beneficios a la salud.

    La dieta mediterránea incluye una gran variedad de frutas y verduras.

    Entre estos, una reducción en el riesgo de accidentes cerebrovasculares, enfermedades cardíacas, cáncer de mama y pulmón y algunas demencias.

    Y ahora, tal como señalan los investigadores de Monell, un ingrediente activo que se encuentra en grandes concentraciones del aceite de oliva, llamado oleocantal, parece inhibir la actividad de las enzimas involucradas en la inflamación.

    Aunque los científicos saben que estos compuestos polifenólicos contienen una gama de ingredientes bioactivos, hasta ahora no sabían con seguridad cómo funcionaban.

    Pero una explicación, según indica Paul Breslin, uno de los autores del estudio, es que "los beneficios que se asocian a la dieta mediterránea son muy similares a los beneficios de ciertos medicamentos antiinflamatorios, como la aspirina y el ibuprofen".

    "Ahora que conocemos las propiedades antiinflamatorias del oleocantal", dice, "es muy probable que este ingrediente tenga un papel fundamental en los beneficios de esta dieta".

    Extra virgen

    Pero no todos los aceites de oliva son iguales.

    Los ingredientes activos que son los compuestos polifenólicos, dicen los expertos, se encuentran en las grasas de calidad, es decir, en un 2% o 3% del aceite de oliva extra virgen.

    "Es el que se obtiene de primera prensa", dice Uauy, "el que tiene valor biológico porque a medida que los aceites se siguen prensando, desaparecen todos esos compuestos".

    "Algo muy interesante -indica el Uauy- es que el modelo de nutrición anglosajón muchas veces ha estado pregonando dietas bajas en grasas".

    Agrega que "aunque es cierto que esas dietas tienen beneficios, la paradoja es que los individuos mediterráneos, que consumen altas cantidades de grasas, tienen una mortalidad cardiovascular de entre 4 y 5 veces más baja".

    Obviamente, dice el experto, también se deben considerar otros factores como las grasas derivadas de los productos del mar y la diversidad de frutas y verduras de la dieta mediterránea.

    Lo cierto es que "estamos descubriendo las bondades de una dieta que está asociada a poblaciones que viven más que en otras zonas del mundo occidental", señala Uauy.

    "Estamos redescubriendo en los productos naturales los componentes que actúan de forma muy similar a las drogas, con la seguridad de que éstos han sido probados por miles de años", concluye. (BBC).


    Fuente: medicinasistemica.com


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    http://www.asesorianutricional.com.ar/prevencion.htm#64

    http://www.asesorianutricional.com.ar/acidos-grasos.htm

    miércoles, 4 de julio de 2007

    Versiones gigantes de alimentos

    Raciones XXL

    Elaborados con un exceso de grasas, azúcares y calorías, pueden inducir a su consumo irracional y nada saludable por su marcado sabor y su precio asequible

    En un país como el nuestro, en el que la tortilla de patata ha sido tradicionalmente el plato estrella para niños y mayores en casa y en la calle, se está viviendo un nuevo fenómeno, el de las raciones XXL, que hasta hace no muchos años estaba acotado al estilo de vida estadounidense y anglosajón. Pero ya no es así. La oferta de grandes porciones de alimentos preparados con precios reducidos, y su creciente aceptación, es una realidad que preocupa a médicos, nutricionistas y responsables públicos. La causa: en la mayoría de los casos, estos productos contienen demasiadas grasas, azúcares y calorías que, por su marcado sabor y su precio asequible, pueden inducir a un consumo irracional y nada saludable.

    Los establecimientos de comida rápida tienen a disposición del cliente raciones gigantes de sus productos estrella. A esto se suma que dentro de los productos de consumo cotidiano son cada vez más frecuentes las raciones que sobrepasan el tamaño recomendable. Las dimensiones han variado, de forma que la porción individual, antes considerada normal, se ha convertido en la 'mini' y, al mismo tiempo, abundan las de gran tamaño.

    Estados Unidos inventó la comida rápida y las versiones gigantes de alimentos. En la actualidad, este efecto se está expandiendo por todo el mundo. De hecho, una de las mayores multinacionales de comida rápida, McDonalds, tiene abiertos más de 30.000 locales en los que comen diariamente más de 46 millones de personas en todo el mundo (el equivalente a toda la población española). En nuestro país, según datos de Fehrcarem (Asociación Empresarial de Cadenas de Restauración Moderna) y atendiendo al cambio en los hábitos de vida de la sociedad actual -menos horas para la vida familiar, menos conocimiento culinario, menos tiempo para comer-, se prevé que en sólo cinco años el 50% de las comidas se harán fuera del hogar. Una gran proporción de estas comidas se servirán, con toda probabilidad, en establecimientos de comida rápida.

    En enero de 2005 la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), organismo autónomo adscrito al Ministerio de Sanidad y Consumo, junto con la Federación Española de Hostelería y Restauración (FEHR) y la Fehrcarem firmaron un convenio por el que se comprometían a no incentivar el consumo de raciones o porciones individuales gigantes. Pese al convenio, en noviembre de 2006 saltó la polémica: la cadena Burger King anunció su hamburguesa gigante y el Ministerio de Sanidad y Consumo denunció la campaña publicitaria al tiempo de que advertía públicamente de las consecuencias nocivas de este tipo de anuncios.

    Versiones gigantes

    Comidas económicas, productos apetitosos con sabores pronunciados y raciones provechosas son las bazas con las que juegan los establecimientos de comida rápida. Por poco dinero se puede comer y saciar el hambre. Además, presentan el alimento elegido a medida: a disposición del cliente hay raciones pequeñas, medianas, grandes y supergrandes o XXL.

    En Estados Unidos, el refresco pequeño (200 ml) se ha convertido en el "mini" y el grande (250 ml) es el pequeño. En esta proporción, el mediano contiene medio litro de bebida y el grande, un litro. E incluso hay envases para llevar de 2 litros. Estas raciones empiezan a llegar a nuestro país con el agravante de que, a pesar de que la cantidad aumenta, el precio apenas varía. Pero el fenómeno no se da sólo con los refrescos. Se extiende también a otros productos como los cucuruchos de patatas fritas: la ración 'mini' alcanza los 80 gramos, la que habitualmente comeríamos en casa; la mediana es de 115 gramos y la gigante de 150 gramos. Lo mismo ocurre con las hamburguesas, que duplican ingredientes. Es decir, no sólo aumenta la cantidad de carne, sino también de queso, bacon y de salsas.

    Aunque en apariencia son productos que se enmarcan dentro de un estilo de comidas muy concreto -en forma de aperitivos para tomar entre horas como la comida rápida-, este patrón de versiones gigantes es cada vez más habitual entre los alimentos de consumo cotidiano como los yogures, el pan de molde o para hamburguesa, zumos de frutas, salchichas y galletas de chocolate, entre muchos otros.

    Las tallas gigantes "de siempre"

    Comer mucho no es algo nuevo. Nuestra cultura también incluye en sus tradiciones menús gigantes, incluso en hábitos diarios. Degustar una ración de carne de 200 a 250 gramos se entiende como normal, y sin embargo, supera con creces los 120 gramos considerados como razonables por los expertos, tal y como publica en su Guía de la alimentación saludable la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria. Fuera de las cadenas de comida rápida, también los restaurantes caseros o de menús ofrecen raciones de tamaño poco razonable. A la ensalada le sigue un plato de cuchara y a éste una ración desmesurada de carne o de pescado. Después el postre elaborado, acompañado de mucho pan.

    Tanta comida no es necesaria, ni sana. Si la ensalada se acompaña de un plato de arroz no hay por qué tomar un guiso, ni siquiera un pescado a la plancha. El cuerpo no lo necesita ni cuando comemos en casa ni fuera. Si se come pasta, arroz o legumbre, no es necesario un segundo plato, y si se opta por carne o pescado, una ensalada o una verdura como entrante es suficiente.

    La Administración hace su papel

    En España, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) ha adquirido un notable protagonismo en la promoción de los estilos de vida saludables para luchar contra la obesidad. Parte de su compromiso se materializa en la Estrategia para la Nutrición, Actividad Física y prevención de la Obesidad (NAOS), que tiene como finalidad mejorar los hábitos alimentarios e impulsar la práctica regular de la actividad física de todos los ciudadanos, poniendo especial atención a la prevención durante la infancia.

    Uno de los puntos destacados de la estrategia NAOS es lograr el compromiso de la industria alimentaria tanto en la mejora de la calidad nutritiva de los productos alimenticios como en la regulación de la publicidad de los mismos. En este sentido, aunque conscientes de que no hay evidencia científica suficiente que demuestre que la publicidad de alimentos y bebidas dirigidas a los niños sea la única responsable de su elección, se admite el efecto que tiene la publicidad al influir y condicionar el comportamiento y la elección de los alimentos que integran su dieta. Por ello, en septiembre de 2005 entró en vigor el Código de Autorregulación de la Publicidad de Alimentos (Código PAOS) con la colaboración de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), al que se han suscrito las 35 mayores empresas españolas del sector, que representan más del 75% de la inversión publicitaria. En su artículo 23 relativo a la Educación e información nutricional dice que "-los mensajes publicitarios de alimentos o bebidas no deberán promover o presentar hábitos de alimentación o estilos de vida poco saludables tales como comer o beber de forma inmoderada, excesiva o compulsiva".

    Aprender a alimentarse bien

    El exceso de comida a la que tenemos acceso y la mala selección de alimentos que hacemos se han convertido en un peligro para gozar de una buena salud. No es trivial considerarlo así. El niño gordito ya no es el sano; una gran comilona ya no es objeto de envidia; aplaudir el exceso de comida ya no es un éxito.

    Aunque comer sano no es fácil, por el componente psicológico, social y económico que supone elegir lo que comemos, es importante aprender a alimentarse bien. Teniendo en cuenta que prima el derecho de la persona de elegir qué, cuándo, cuántas veces y dónde lo come, también ha de asumir las consecuencias de la decisión. Incluso ser consciente del beneficio que adquiere a largo plazo si entiende su alimentación como una decisión diaria en la que debe ser responsable. Las estadísticas no engañan : las cifras de sobrepeso y obesidad se han duplicado en los últimos 10 años, y cada vez son más las personas jóvenes con diabetes, hipercolesterolemia, triglicéridos altos e hiperuricemia.

    ¿Cuántas calorías necesitamos?

    El aporte diario de una dieta equilibrada se estima en unas 2.000 calorías.

    La mitad de ellas (1.000-1.100 calorías) deben provenir de carbohidratos (250-275 gramos de carbohidratos, dado que un gramo de este nutriente aporta cuatro calorías).

    De estos, se aconseja que los azúcares no superen el 10%, es decir, entre 100-110 calorías, que se traduce en 25-27,5 gramos de azúcares al día.

    Podemos comprobar cómo el día que bebemos un refresco mediano habremos tomado el doble de la recomendación de azúcares.

    El aporte calórico de las grasas debería rondar las 600-700 calorías, lo que significa una ingesta de entre 66 y 77 gramos de grasa diarios (un gramo de grasa aporta nueve calorías).

    En esta tabla se puede comprobar cómo el consumo de una porción mediana de patatas fritas y una hamburguesa gigante suman 75 gramos de grasa, incluso supera las recomendaciones diarias.

    A esto habría que sumarle la grasa que aportan el resto de alimentos consumidos a lo largo del día -leche entera o semidesnatada, galletas, bocadillo de embutido, aceite para aliñar o cocinar los alimentos?-.

    Evidentemente, un día de desequilibrio nutricional no tiene mayor efecto en el organismo, pero el consumo habitual y desordenado de estos alimentos sí desequilibra nuestra dieta.

    Consumo irracional

    Es posible que pensemos con prudencia a la hora de elegir la hamburguesa, el refresco o las palomitas más grandes, y que perdamos esa cordura o sensatez ante la elección de las versiones gigantes de alimentos cotidianos. En muchos casos tiene más peso específico el valor económico del producto (por poco más dinero, compro el más grande) y no las consecuencias para la salud que supone acostumbrarse a comer tanta cantidad de alimentos.

    Una vez abierto el envase, es difícil dejar de comer: los sabores son muy marcados, enganchan y uno picotea hasta que se acaba o siente ya los efectos del exceso de grasa. Además, aunque estemos en un momento de sobreabundancia, a nadie le gusta tirar la comida que compra. Si el envase está abierto, lo acabamos.

    Hábitos erróneos

    Resulta paradójico que el tamaño de las raciones de los alimentos es mayor en un momento en el que la actividad de la vida diaria y de ocio se ralentiza. Si gastamos menos energía en las actividades cotidianas, la lógica dice que deberíamos comer menos. Pero ahora ya no comemos únicamente por necesidad fisiológica, sino que otorgamos a la comida demasiado valor emocional. Conceder a la comida un valor saludable es la clave para que nuestra relación con ella sea una fuente de salud y de satisfacción a largo plazo.

    Los niños cada vez son más sedentarios: van al colegio en coche o autobús y desarrollan muchas actividades de ocio que no implican esfuerzo físico. Sin embargo, una imagen muy común es ver a los niños comiendo patatas fritas o palomitas delante del televisor o del ordenador. De nuevo hay que estar atento a la relación emocional con la comida. Los niños reciben mensajes de que es 'guay' comerse una 'burger', pero no les bombardean con la idea de que merendar un bocata 'mola'.

    Demasiadas calorías y grasas

    Los alimentos XXL por lo general son productos con una carga excesiva de calorías, grasas y/o azúcares.

    Patatas fritas:

    • mini (80 gramos)= 230 cal, 14 g de grasa.
    • mediana (115 g) = 330 cal, 20 g de grasa.
    • grande o gigante (150 g) = 430 calorías, 25 g de grasa.

    Hamburguesas (*):

    • Burger King: Big King XXL= 854 cal, 55 g grasa
    • McDonalds: Big Mac = 495 cal, 25 g de grasa; McRoyal Deluxe = 535 cal, 33 g de grasa; McNifica Chicken Supreme Bacon = 705 cal, 39 g de grasa

    (*) Información nutricional extraída de Burger King, y de McDonalds.

    Refrescos:

    • botellín (200 ml)= 80 cal, 20 g azúcar (2 sobres de azúcar)
    • lata (330 ml) = 130 cal, 33 g azúcar (3 sobres de azúcar)
    • mediano (400 ml) = 160 cal, 40 g azúcar (4 sobres de azúcar)
    • grande (500 ml) = 200 cal, 50 g azúcar (5 sobres de azúcar)

    Snacks (gusanitos y similares):

    • individuales (25-35 g) = 125 cal, 8 g grasa
    • medianas (60 g) = 300 cal, 20 g de grasa
    • grandes (125 g) = 625 cal, 43 g de grasa
    • gigantes (170-180 g) = 875 cal, 60 g de grasa

    Una ración saludable y sabrosa:

    Un bocadillo de jamón serrano (80 g de pan -unos 8 dedos-, y 2-3 lonchas de jamón, unos 50 gramos), aportan unas 300 cal, y apenas 10 gramos de grasa.

    Fuente: http://revista.consumer.es

    ARTICULO RELACIONADO

    http://www.asesorianutricional.com.ar/articulos-12.htm

    martes, 3 de julio de 2007

    El Omega 3

    Tal fue el revuelo que causó el consumo de aceite de bacalao por el recientemente electo jefe de Gobierno y reiteradas las consultas acerca de las bondades del mismo que encontré conveniente hablar del Omega 3

    ¿Por qué necesitamos consumir Omega 3?
    Los ácidos grasos Omega 3 son un tipo de grasa poliinsaturada cuya importancia en la promoción de la salud y prevención de enfermedades no puede ser subestimada.

    Los 3 ácidos grasos Omega 3 más importantes nutricionalmente son el ácido alfa linolenico (ALA), ácido eicosapentanoico (EPA) y el docosahexanoico (DHA).

    El ALA es considerado esencial porque el organismo no lo puede fabricar (por lo que debe incorporarse a través de la alimentación) y porque tiene un rol fundamental en varias funciones. El organismo puede convertir ALA en DHA y EPA. Sin embargo, esta conversión es limitada, con menos de un tercio de ALA convertido a estos dos últimos.

    Estudios han indicado que el 99% de los individuos no consumen la cantidad suficiente de Omega 3. Además, en algunas personas, las enzimas que convierten ALA en DHA y EPA no se encuentran activas, por lo que no pueden transformar eficientemente.

    Para aumentar la eficiencia de dicha conversión, asegurate de incluir alimentos ricos en vitamina B6, B3, C, magnesio y zinc, cofactores de este proceso de transformación. Disminuí la cantidad de grasas saturadas e hidrogenadas ya que disminuyen la actividad de dichas enzimas.

    ¿Cuáles son los beneficios del consumo de alimentos ricos en Omega 3?
    * Reduce los procesos inflamatorios en el organismo
    * Previene la formación de coágulos sanguíneos
    * Disminuye los niveles de colesterol malo (LDL) y aumenta el colesterol bueno (HDL), reduciendo el riesgo de enfermedad cardiovascular
    * Mantiene la fluidez de las membranas celulares, promoviendo el óptimo funcionamiento de las mismas
    * Tienen un rol fundamental en la formación de prostaglandinas, sustancias con acción hormonal que regulan muchas funciones fisiológicas incluyendo la presión sanguínea, coagulación, transmisión nerviosa, respuestas inflamatorias y alérgicas, funciones del tracto gastrointestinal y producción de otras hormonas.

    ¿Qué síntomas indican que tenés que incorporar el Omega 3 en tu alimentación?
    * Cansancio, dificultad para concentrarse
    * Depresión
    * Piel seca y escamada
    * Dolores articulares
    * Uñas y cabello débil

    Impacto de procesar, cocinar y almacenamiento
    El Omega 3 es muy susceptible al daño por la luz, el calor y el oxígeno. Cuando es expuesto a dichos elementos durante largos períodos puede oxidarse o volverse rancio,alterando no sólo el olor y sabor del aceite, sino que también disminuye sus beneficios nutricionales. Además, la oxidación de los ácidos grasos produce la formación de radicales libres, que tendrían un rol en el desarrollo del cáncer y otras enfermedades degenerativas.

    ¿Cuánto se debe consumir?
    Se estableció el consumo adecuado en 1.2% del total de las calorías diarias ingeridas. Es decir, si una persona ingiere 1800 calorías diarias debería consumir suficientes alimentos con Omega 3 para proveer al menos 2.5g de él.

    Alimentos fuente de Omega 3 de origen animal (que contienen Omega 3 ALA, DHA y EPA) son:
    * Salmón (de 120g): tiene 2.1g de Omega 3
    * Cayos (120g): 1.1g
    * Sardinas (120g): 1.4g
    * Camarones (120g): 0.4g
    * Atún (120g): 0.3g

    Los alimentos fuente de Omega 3 de origen vegetal (contienen Omega 3 ALA) son:
    * Semillas de lino (2 cdas. soperas): 3.5g
    * Nueces (1/4 de taza): 2.3g

    por Leticia Radavero / Julio 02 de 2007.- Fuente: infobae.com

    Articulos relacionados:

    http://www.asesorianutricional.com.ar/acidos-grasos.htm

    http://www.asesorianutricional.com.ar/articulos-42.htm

    Alimentos ricos en vitaminas B3, B6, zinc, magnesio:

    http://www.asesorianutricional.com.ar/vitaminas-b.htm#3

    http://www.asesorianutricional.com.ar/vitaminas-b.htm#5

    http://www.asesorianutricional.com.ar/vitamina-c.htm

    http://www.asesorianutricional.com.ar/oligoelementos.htm#14

    http://www.asesorianutricional.com.ar/minerales.htm#3