Si su hijo padece de conducta hiperactiva podría mejorar si se eliminan los aditivos alimentarios de su dieta.
Ésa es la nueva advertencia a los padres lanzada por las autoridades en Gran Bretaña sobre los colorantes y conservantes artificiales usados en dulces, bebidas y alimentos.
La Agencia de Estándares Alimenticios del Reino Unido (FSA en sus siglas en inglés) encargó un estudio con 300 niños escogidos al azar.
Los resultados mostraron que éstos se comportaban impulsivamente y perdían la concentración después de tomar una bebida que contenía aditivos.
Según el doctor Andrew Wadge, director científico de la FSA, "revisamos nuestras recomendaciones al consumidor y si un niño muestra signos de hiperactividad o Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), podría tener algún efecto beneficioso la eliminación de colorantes usados en su dieta".
El experto agrega, sin embargo, que "hay muchos otros factores asociados con la hiperactividad, como los genes, nacer prematuramente, el medio ambiente y la educación".
Efectos. La investigación, llevada a cabo por científicos de la Universidad de Southampton y publicada en la revista médica The Lancet, no es la primera que plantea una relación entre los aditivos alimentarios y la conducta hiperactiva.
Sin embargo, estas sustancias se siguen usando debido a la falta en la industria de alternativas naturales e inocuas.
Tal como le dijo a BBC Ciencia el profesor Ruperto Bermejo, experto en colorantes alimentarios de la Universidad de Jaén, España, "no existe una oferta adecuada de colorantes naturales, porque no existen".
"Por eso las empresas tienen que seguir recurriendo a los aditivos sintéticos".
"Y se conoce que, además de los problemas de hiperactividad, hay muchos otros problemas que también se han detectado con ciertos colorantes que se usan actualmente", añade el experto.
Experimento. El objetivo del estudio británico era analizar si el consumo de aditivos entre un grupo de niños de entre tres y nueve años tenía algún efecto.
Los niños recibieron, de forma aleatoria, uno de tres tipos de bebidas.
La bebida "A" contenía una potente mezcla de colorantes y aditivos, la "B" la cantidad promedio de aditivos que consumen los niños de esas edades y la "C" era una bebida "placebo", que no contenía aditivo.
Los niveles de hiperactividad en los niños se midieron antes y después de consumir las bebidas.
Se notó que la mezcla "A" tenía un efecto "significativamente adverso" comparado con la bebida inactiva del placebo.
Los niños mayores mostraron algunos efectos adversos después de tomar la menos potente mezcla "B".
Pero en este grupo la respuesta varió significativamente entre los niños.
Advertencia. Los investigadores señalan que el estudio muestra que hay una relación entre el aumento de la hiperactividad y determinadas mezclas de colorantes artificiales alimentarios con el benzoato de sodio, un conservante usado en helados y repostería.
Pero los autores agregan que "los padres no deben pensar que simplemente con retirar estos aditivos de la dieta se evitarán los trastornos de hiperactividad".
"Sabemos que hay muchos factores que influyen en estos trastornos, pero al menos éste se puede evitar", agregan.
Alternativas. Los científicos desconocen cuáles son los ingredientes que provocan este efecto en la conducta infantil.
Pero la mezcla usada en la investigación incluyó los colorantes amarillo anaranjado (E110), amarillo quinoleína (E104), azorrubina (E122), rojo allura (E129) y el conservante benzoato de sodio (E211).
El profesor Ruperto Bermejo y su equipo trabajan en el desarrollo de nuevos colorantes naturales obtenidos de microalgas marinas.
"Nuestro objetivo es tratar de ampliar el catálogo de colorantes naturales para que cada vez se restrinja más el uso de colorantes sintéticos", señala el investigador.
Según el científico, las moléculas que se obtienen de las microalgas marinas -una fuente natural y biodegradable- son proteínas que pueden producir una gama de colores que van desde el azul, el rosa y el anaranjado.
"Éstas, por lo tanto, tienen el potencial de ser utilizadas en la industria de la alimentación y la cosmética".
El problema, por ahora, sigue siendo el costo de los colorantes naturales.
"Para la industria, el coste de los colorantes naturales es mucho mayor que el de los sintéticos", dice Bermejo.
"Ése es otro objetivo de nuestro proyecto: poder obtener colorantes naturales, pero que sean asequibles para la industria", agrega.
María Elena Navas
BBC Ciencia
Fuente: Viernes 7 de setiembre de 2007 |Suplemento Ciencia Salud La Nación
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